miércoles, 4 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 25 de 41. Vive con un español, muere por la espada

Llevo un poco de tiempo sin escribir. El jueves pasado (día 24 de 41) lo dedicamos a la espada, con más forma y más ejercicios por parejas. El viernes nos fuimos después del entrenamiento de la mañana a unas piscinas naturales con aguas termales a pasar el día, lo que nos vino muy bien para cambiar el chip y relajar el cuerpo. El sábado volvimos a entrenar por la mañana y tarde relajada. El domingo, que ya había vuelto Ed de llevar a su mujer a Ciudad de México al aeropuerto, bajamos a las terrazas donde dedicamos la mañana a trabajo de parejas, especialmente espada con 5 secciones (ya lo echaba de menos) y ejercicios cada vez más ágiles, más energéticos y más rápidos.

El lunes no tuvimos clase, esta semana hemos desplazado los cuatro días un día, así que volvimos a ir a las piscinas de agua caliente a primera hora para entrenar. Después casi un par de horas de trabajo, desayunamos por segunda vez (chilaquiles). Luego nos dimos un baño y para hacer redondo el día un masaje relajante. Comimos, charlamos, vuelta al pueblo, cervezas en un bar llamado olé olé, lleno de cosas taurinas por todas las paredes. Ya agotados por un día largo, nos fuimos a la casa donde los tres nos quedamos dormidos viendo una película.

Ya vuelta al día de hoy, desayuno de los campeones, bajada al parque y entrenamiento con la espada toda la mañana. Terminamos con la forma muy avanzada. Subida de las escaleras (si, por supuesto no hemos dejado de hacerlo en este tiempo), comida, descanso y vuelta a la faena. Mientras que llegaba todo el mundo, Ed y yo volvimos a jugar con las espadas, cada vez más rápido, con más libertad en los pies. Cuando llegó Sam, Ed dijo, si vives con un español, tienes que vivir por la espada a lo que Sam contestó, si vives con un español, morirás por la espada…

La tarde continuó con la forma hasta que por fin la terminamos. Sin duda es una obra de arte, con todas las variantes estilísticas en función de la intención con la que se quiera realizar. Después del entrenamiento me quedé un poco para hacer la forma completa unas cuantas veces para asentar conocimientos, subida de las escaleras, cena, charla y peli y a la cama, que mañana toca repasar sable y espada.

Por cierto, hoy Sam nos ha hecho un regalo muy especial a todos. Mañana quizá hable un poco de el.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si hay que morir por la espada, se muere por la espada. ¡Ya tienes la forma completa y asentada!,¡dios mio! ¿Cúanto tiempo me va a llevar a mi esto?. Cada vez me siento mas inquieta.

¿y la sorpresa de Sam?, ¿como que quizá mañana nos hablas de ella?. ¡Habla ya! No nos tengas así.

Anónimo dijo...

Maribel ! No te quejes sobre la inquietud ! A mi enseñas un movimiento/ principio super bonito un segundo antes de que se termine la clase. Yo, me quedo super curioso a probarlo y de repente dices: "Vale, pero eso vamos a practicar la próxima vez! Como me siento inquieto yo !!!!!

Anónimo dijo...

Es una faena que nos dejes con la intriga... cuenta, cuenta.
En cuanto a la espada no quiero ni pensarlo, nos tocará sufrir y si hay que morir por ella (me lo pensaré).
No te inquietes Stephan, seguro que podrás practicar ese movimiento con Maribel.

Anónimo dijo...

Bueno Stephan, perdona, pero ya ves que es cosa de maestros esto de dejar algo caer y marcharse como si nada. Y claro los tengo que imitar.

Santiajo dijo...

que emocion que intriga que dolor de barriga...

habla de la sorpresa de Sam, que tus pequenios saltamontes no nos caracterizamos por la paciencia!

Anónimo dijo...

Siguiendo el hilo de efectos ópticos de la anterior entrada, en esta foto no veía la cámara, ni la espada de Sam, y juro que me parecía que Sam bailaba (más que sevillanas, una jota) al son de la música de los dedos de Javi...
¡debe ser ya la edad!