domingo, 29 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 42. Se hace camino al andar.

Amanece soleado una vez más en San Miguel. Sin embargo la luz que entra por la ventana tiene menos brillo. El desayuno de los campeones ya no sabe igual. Definitivamente ya casi hemos terminado y eso se puede saborear en el ambiente. El plan del día es bajar por la mañana a la casa de Sam con nuestros trajes de gala y desde ahí ir a un parque a hacer una sesión fotográfica. Andando todos juntos en pijama por las calles de San Miguel, cargados con nuestras armas llama un poco más la atención de lo habitual pero al fin y al cabo esto es un pueblo de artistas y están acostumbrados a ver cosas raras. Sam como un escultor nos va colocando en diferentes poses para reflejar los distintos trabajos del currículum y acaba derivando en fotos de peleas de todos contra él. Simultáneamente en otros lados del parque, entre los alumnos aprovechamos la ocasión para grabarnos haciendo algunas cosas, tomarnos fotos con nuestros compañeros y pasar el rato haciendo risas y recordando batallas.



La mañana pasa rápido y volvemos a la casa de Sam para vestirnos de civiles e ir a comer por ahí y hacer tiempo hasta la sesión de la tarde, para la ceremonia de clausura. Vestidos otra vez de sedas vamos al parque donde nos había convocado a las 3 para hacer una pequeña demostración entre nosotros saliendo solos o con compañero pudiendo hacer cualquier trabajo, no necesariamente parte del currículum que hemos estado trabajando. Pudimos ver por supuesto todo lo que hemos trabajado, pero también algo de 5 Secciones, Xinyi, Estilo del Agua y un par de demostraciones de Sam en mano vacía y en espada bastante espectaculares, sobre todo esta última.


La ceremonia de clausura se realizó siguiendo las tradiciones del país, cerrando el círculo que abrimos al principio. Muchos agradecimientos, sentimientos y buenas intenciones. Una demostración para la santera por parte de Simon y yo, dentro del círculo haciendo la forma de 88, bendiciones y finalmente los certificados. Todos los certificados estaban hechos a mano y personalizados para cada uno de nosotros. El mío tiene la figura de Xuan Wu, el Dios de las Artes Marciales, de pie sobre una tortuga y una serpiente, dibujado con un solo trazo, junto a 10 sellos que representan los 9 trabajos diferentes que hemos realizado y uno más por la consecución del currículum completo del estilo Yang.




A la noche nos fuimos a Tío Lucas, el local donde Bobby Kap toca por las noches a cenar y la experiencia fue algo extraordinario. Había oído muchas alabanzas pero lo que me encontré superó mis expectativas. Es realmente un maestro. Junto con Ken, uno de los invitados habituales a la guitarra y un bajo y un batería, Bobby con su voz acompañado en ocasiones de su harmónica, conseguía que se me pusieran los pelos como escarpias del sentimiento que transmitía. El día fue sin duda intenso como los tres meses que hemos vivido aquí. Lo experimentado ha sido muy enriquecedor y desde luego ha cambiado mi perspectiva del camino a seguir, así que habrá que empezar a andarlo para poder crearlo y será un placer teneros a todos vosotros como compañeros de viaje… pero eso ya es otra historia.


The End.

sábado, 28 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 41 de 41. Todo principio tiene un final.

Esta semana se ha alargado un poco más para cubrir los últimos coletazos de material que quedaban por ver. Ha amanecido soleado, como no podía ser de otra manera para la última clase. Después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas cargados con nuestras espadas pues Sam nos avisó ayer de que quería profundizar en algunos detalles… ¡Se presenta bien el día, siempre es bienvenida la espada! Trabajamos media mañana profundizando en un ejercicio que representa las 5 fases de la interacción en una pelea con espada y como integrar esto con los otros ejercicios a pie fijo que habíamos hecho, dando pie al esgrima libre. Ed y yo ya habíamos explorado estos conceptos por nuestra cuenta en nuestras luchas particulares, así que la clase fue especialmente interesante para tomar nuevas ideas, aclarar ciertos conceptos y para que entren más ganas de jugar… No sé si crearé un club de esgrima de taichí cuando vuelva, pero la idea ronda por la cabeza.

La segunda parte de la mañana la dedicamos a algunas variantes en el patrón del dalú y en cómo integrarlo en caso de necesidad en una pelea. Muy interesante… ya veremos cómo le damos aplicación.

A la hora de la comida fuimos a otra taquería y en honor a Marta me tomé unas quesadillas de mole, rajas con crema y picadillo. Después de un poco de descanso, nos reunimos en la casa de Sam para la sesión de la tarde. Nos entregó los últimos manuales y los comentamos, haciendo hincapié en las variaciones que había hecho en las traducciones de los clásicos según su punto de vista sobre otras traducciones conocidas (conocidas para los que leen a los clásicos, del taichí, por supuesto). Y después… examen oral. Que cual es la relación en el entrenamiento de la forma de mano vacía individual y el entrenamiento en parejas de lanza, que qué es lo que falta en el entrenamiento si no se hace sable (a parte del sable), que qué relación hay en el movimiento de doblar hacia atrás de la forma de 88 y las 4 manos explicándolo en el contexto del dalú, que cual es el motivo de presentar la lanza después de la espada y esta después del sable, qué cuales son las relaciones de los 8 métodos básicos de empuje de manos con la forma de 88, que qué aportan los ejercicios de pasos 3-3 y 3-2 al estudio del currículum,… y finalmente un ejercicio de combinación en imaginación de todo el currículum de parejas. Uno describe una aplicación y el siguiente sentado en el círculo tiene que explicar como la manejaría y haría una contra cambiando cada vez de parcela… A esto también habíamos jugado ya bastante Ed y yo, pero físicamente. Tener que hacerlo de cabeza era un poco más difícil y además sin poder planificar, porque no sabías lo que te iba a dejar montado el compañero de al lado.

Ya después de sufrir y sobrevivir al interrogatorio con más gloria que pena, nos quedamos un poco más hablando de la experiencia particular de cada uno durante estos tres meses y lo que han supuesto para cada uno de nosotros, hasta que el hambre nos vence y decidimos volver al sitio de hace un par de noches a tomar más tacos al pastor porque realmente fue algo excepcional. Vuelta a casa con el estómago lleno y a trabajar con el ordenador antes de ir a la cama. Mañana no tenemos oficialmente clase, pero hemos quedado para hacer unas cuantas fotos del currículo y por la tarde tendremos la ceremonia de clausura y entrega de diplomas.

viernes, 27 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 40 de 42. Atando cabos sueltos.

Resumen de ayer y hoy. Dos días soleados iniciados con desayuno de los campeones. Los dos días los hemos dedicado a la lanza por la mañana y al dalú por la tarde. Con la lanza hemos terminado con una introducción con bastante profundidad que nos deja con mucho trabajo para entrenar por nuestra cuenta en establecer unas buenas basas y con información más que de sobra para con tiempo, conseguir un gran nivel en este arma generalmente olvidada por la mayor parte de los practicantes. Lo interesante es que todo el trabajo se basa no en formas, sino en ejercicios por parejas y energías y aplicaciones.

Del Dalú que voy a decir. Sin duda, junto con 4 manos es la perla del estilo Yang si se trabaja adecuadamente. Ya sólo nos queda mañana de entrenamiento completo y el sábado para hacer remates. Ya casi estoy de camino a casa.

Como dato a parte del taichi... ayer tomé posiblemente los mejores tacos que he probado, unos tacos al pastor espectaculares. Tendré que volver antes de marchar.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 38 de 41. Todos contra los molinos de viento.

No sólo amanece soleado sino que las previsiones son de que va a ser el día más caluros de la semana. Después del desayuno de los campeones, bajamos al parque armados con nuestras lanzas para la sesión de la mañana. Aunque trabajamos con esta arma en los primeros bloques, todavía nos queda mucho por aprender y el tiempo apremia. Pasamos la mañana practicando, depurando y mejorando la técnica a través de dos ejercicios por parejas. En el primero los objetivos eran estómago, hombro, pierna y garganta y trabajábamos un tipo de paradas y el segundo era corazón, rodilla, hombro y garganta, con otro tipo de paradas diferentes, más relacionadas con la adherencia. Muy interesante, pero a la vez muy cansado en los brazos, ya que para poder centrarnos más en la técnica, trabajamos un solo lado en la clase.


Al terminar la mañana, subida de las escaleras y nos vamos al mercadillo callejero de los martes, que me todavía no había visitado. Si te imaginas el puesto más cutre del Rastro con los trastos más inverosímiles que piensas que jamás se venderían… ese es una tienda de Serrano comparado con algunos de los puestos de allí. También había muchas cosas de ropa, comida y demás, toda una experiencia cultural. Aprovechamos para comer de tacos en uno de los puestos y aunque Ed no estaba muy convencido por la posibilidad de pillar una diarrea de las que hasta ahora nos hemos librado, la verdad es que estaban buenísimos y de momento no parece haber pasado nada.

En la sesión de la tarde nos centramos en Dalú, ese gran desconocido. El nivel de profundidad en el que nos estamos moviendo es en ocasiones un poco desesperante. Analizamos cada movimiento desde su aplicación y su relación con 4 manos, como una parte de un estudio más general y análisis de teoría de combate. Después de la clase nos vamos casi todos a la casa de los Suspiros, donde viven varios de los compañeros, a celebrar el cumpleaños de Trude.

Vuelta a casa, escribir el blog, un poco de relax y algo de entrenamiento antes de acostarme. Mañana va a ser un día duro seguro.

martes, 24 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 37 de 41. Terminamos con los 88 y casi entre nosotros.

Empezamos el primer día del último bloque con un sol deslumbrante y el tradicional desayuno de los campeones. Bajamos a las terrazas sabiendo que cada vez nos queda menos para volver y tenemos que aprovechar lo máximo posible. Aunque la semana pasada terminamos la forma de 88, hoy hemos dedicado el día a revisar los puntos difíciles, a introducir diferentes tipos de entrenamiento y energías, jugar con las distancias, pequeñas luxaciones, velocidades, variaciones, realizar bucles entre pequeñas partes de la forma, trabajar los distintos puntos puente para ir a distintas partes de la forma y finalmente, el 88 mix… la pieza maestra del entrenamiento que abre la puerta al combate libre de taijiquan. Consiste en poder responder con cualquier movimiento de la forma la energía que manda el compañero sin tener que ser necesariamente el que correspondería por secuencia. El resultado es una forma nueva e improvisada cada vez, realmente auténtica en función de lo que está pasando. Un trabajo de lo más interesante y con muchas posibilidades. Estoy deseando hacerlo metiendo en la mezcla las 5 secciones.

Por la tarde después del entrenamiento fuimos a hacer compra de regalos, que se nos echa el tiempo encima y algunos todavía no hemos comprado nada (por algunos quiero decir yo), pero el mercado de artesanos ya estaba cerrado, así que tendré que buscar un momento otro día a la hora de la comida.

Subida de escaleras, cena… espaguetis con mayonesa por quinta vez (María se está relajando mucho últimamente), charla, peli, entrenamiento antes de acostarnos y a la cama.

jueves, 19 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 35 de 41. Y nos seguimos pegando... Mariconadas las justas

Después de las nubes de la tarde de ayer y el pequeño chaparrón que hubo a la noche, hoy vuelve a amanecer soleado en San Miguel. Ataviado de nuevo con los pantalones cortos y después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas para seguir con esta obra de arte de las artes marciales internas. Un poco de práctica mientras que va llegando todo el mundo recordando los dos lados de la forma que cada vez se hacen más largos y con más información. La mañana se hace larga por el trabajo que tenemos acumulado en las piernas y los brazos, pero con las ganas que tenemos de seguir avanzando se hace más llevadero. Después de unas cuantas luxaciones, golpes de hombro, codo y puñetazos diversos, llego a la conclusión que el Sanshou de 5 secciones es una maravilla… pero como punto de partida. Al lado de esta forma parece el Sanshou de Pin y Pon. Así entre epifanías y golpes pasamos la mañana.

Subida de las escaleras, comida, descanso y vuelta a bajar para seguir concentrados en la tarea. Seguimos avanzando hasta llegar a las patadas y más golpes de hombro (diferentes esta vez) y terminamos exhaustos pero con ganas de más. Christian, uno de los invitados de la semana que estuvo en España en el último seminario de Sam haciendo de traductor, me pidió hacer un poco de tuishou a lo que por supuesto no me pude negar. Ya molidos del todo, Ed y yo bajamos al centro a hacer un poco de compra para el desayuno de mañana ya que íbamos un poco cortos de existencias. En el camino nos encontramos con una procesión de lo más interesante. La gallina Caponata y unos vestidos de muertos iban escoltando a otros personajes de barrio sésamo, más vestidos de muerto, una geisha , un hombre vestido de mujer con minifalda y top, dos mujeres vestidas con poca ropa y bailando como si estuviesen en el carnaval de Río, diferentes disfraces extraños genéricos y luego una larga fila de gente con cajas en la cabeza en las que iban iconos religiosos, con varias ancianas cantando himnos y cerrando la procesión un gran santo rodeado de flores de plástico gigantes. ¡Toda una experiencia religiosa!

Vuelta a casa con las viandas, cena, charla, algo más de entrenamiento y a la cama, que mañana va a ser un día muy intenso para poder terminar la forma.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 34 de 41. Feliz día de San Patricio.

Nueva mañana soleada en San Miguel, pero algunas nubes acechan por el horizonte. Después del desayuno de los campeones bajamos a las terrazas no sin notar en las escaleras que tengo las piernas un poco más cansadas de lo normal. No sólo acusan el trabajo del entrenamiento con Ed, sino que también me recuerdan que quizá no fue una buena idea empezar ayer la semana subiendo corriendo las escaleras dos veces… pero ya no tiene solución.
Llegamos a las terrazas para seguir con la forma durante toda la mañana, con muchas mejoras en la técnica y descubriendo más secretos escondidos en los movimientos. Poco a poco la mañana fue pasando y las energías descendiendo. Hoy teníamos pensado ir al mercadillo de los martes pero al final pensamos que era mejor quedarse en casa y tratar de descansar, porque íbamos un poco por detrás en lo programado y la tarde iba a ser dura. Así que subida de las escaleras, con mucha calma, comida y siesta de los campeones, con pijama y orinal.

Volvemos a bajar con renovadas energías (sobre el papel, porque en la realidad no teníamos muchas) y a lo largo de la tarde fuimos recuperando el tiempo a la vez que unos nubarrones negros se iban colocando sobre nosotros. Creo que eran nubes por los recuerdos que tengo de haberlos visto en España, porque aquí sólo vemos cielo azul. Declan, irlandés de sangre, vino a la tarde vestido de duende, todo de verde, con el bigote de su frondosa y habitual barba afeitado y regalando monedas de chocolate para celebrar el día de San Patricio. Según la clase se iba acercando al final, los truenos resonaban en la distancia y en el último minuto empezó a chispear. El plan para la tarde de hoy era una clase de cocina mexicana a cargo de Betty, la mujer de Erik en la que yo estuve de traductor. Sopa azteca de primero y de segundo pollo relleno de queso y jamón en salsa de chile poblano o en salsa de flor de calabaza con flan de postre. No tengo palabras para describir las virtudes de Betty en la cocina y lo exquisito que estaba todo. Me llevo las recetas para intentarlo en casa a mi vuelta, esperando estar a la altura.

Vuelta a casa ya tarde y con la tripa llena, trabajar en el blog y repasar un poco las formas antes de ir a la cama, que aunque estemos cansados, al final no podemos dejar de ser unos enfermos obsesionados con el taichí.

martes, 17 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 33 de 41. Empezamos con el Sanshou.

Amanece soleado de nuevo en San Miguel (como siempre). Después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas para empezar con la forma de 88 completamente ilusionados. Esta semana se unen a nosotros algunos nuevos compañeros que han venido para trabajar sobre esta forma. Elegimos compañero para pasar todo el entrenamiento y tengo la suerte de estar con Ed durante estos cuatro días. Se supone que tenemos que trabajar en un solo lado, pero los dos estamos con la idea de hacer un poco de trampa y hacer los dos lados, que como ya sabemos la secuencia, podemos tratar de trabajar todos los detalles.

Los primeros movimientos son sencillos, igual que en cinco secciones… pero si son iguales y tengo alguna corrección en los puñetazos, eso significa que también tengo que cambiar mis cinco secciones… ¡mala suerte! Seguimos avanzando en la forma y los movimientos que conocía resultan ser meras caricaturas de lo que realmente son. La profundidad de las energías y las aplicaciones en esta forma resultan formidables. Llega al hora de la comida y me animo a subir las escaleras corriendo… pero sólo tres cuartas partes. El último tramo tiene la misma pendiente que una pared y aunque echando el resto podría hacerlo, queda mucha semana por delante. Comemos, descansamos y volvemos a bajar.

Seguimos avanzando en la forma y de vez en cuando probando con algún otro compañero para tantear diferentes energías. Pasa la tarde con un buen empujón a la forma y más trabajando ambos lados. La cabeza está un poco saturada pero el cuerpo acaba respondiendo de forma automática a las energías. Cuando la clase termina parece que nos hemos quedado con ganas de mas porque algunos de los nuevos compañeros, Ed y yo, nos quedamos haciendo rondas del Sanshou de 5 secciones, que conocemos todos, jugando con diferentes energías y en definitiva pasándolo en grande hasta casi las 7. Subimos a cenar con Christian y Jerry como invitados y vuelvo a subir el mismo tramo de escaleras corriendo, para asentar el entrenamiento. Después de la cena, Simón recibe un masaje de Jerry ya que está pasándolo un poco mal con la espalda, charla, jugar con poco con las espaditas, por si no habíamos tenido suficiente hoy, y a la cama, que mañana va a ser un largo día.

¡¡ESTO NO ES UN CUENTO CHINO!!


*A la derecha, José, monje de Shaoling
practica diariamente sus ejercicios de Chikung camisa de hierro en el metro

*CAPITULO PRIMERO: "la presencia china"













*A la izquierda,Maribel y Marcos en el Polideportivo de Batalla del salado.





Como ya sabéis, todos los sábados quedamos una hora antes de la clase del San Saturio (a las 9:00) para entrenar la forma de 24 en el Polideportivo de Batalla del Salado, cerca de unos jardines que están pegaditos a éste último y que son muy agradables. Pues bien, el sábado antepasado, Sergio se puso indispuesto y cuando llegué a nuestro punto de reunión semanal, Maribel estaba ya calentando sola. Bueno, eso creía yo, que únicamente estábamos las dos, porque en la parte superior de los jardines, nuestra hermanita mayor permanecía bajo la atenta mirada de un individuo de origen asiático y de mediana edad – lo de la edad es un decir, pues todos sabemos que a esta gente resulta prácticamente imposible poder calcularles correctamente la edad; al margen del hecho de que, a pesar de mi corta edad, una va padeciendo ya de algo de presbicia -. Como la power es la power, se ha convertido en una auténtica artista marcial y tiene ojos hasta en el cogote, nuestra hermana si que se había percatado de aquella presencia china y me hizo una ligera señal para que servidora –que normalmente está en FU- se enterase, de una puñetera vez, de que no nos encontrábamos solas. Después de aquel pequeño detalle y como quien no quiere la cosa, porque el hecho de sentirnos observados empieza a ser ya una costumbre diaria en nuestras vidas de artista (tómese como ejemplo a Carmen, la china maestra de la tienda de frutos secos que hay enfrente del aula de Peñuelas, a la que normalmente, y con la excusa de sacar al nieto a tomar el aire fresco, le gusta hacer espionaje industrial al maestro), nosotras continuamos con lo nuestro: “que si crin hacia un lado, que si peinar para el otro, que si no cuento las nubes me hago un lio, ¡jobar con el pubú, la fuerza que hay que tener en las piernas!” Vamos, que al final logramos tener la secuencia entera hasta el primer pubú y, envalentonadas, decidimos hacer la forma completa y del tirón. En esto que Maribel, con ojo avizor, siempre pendiente de lo que acontece a su alrededor, detecta ciertos movimientos en el hombre de rasgos orientales, que nos alertan de que éste viene directito hacia nosotras, eso sí, con una sonrisa esbozada en su cara. A medida que el individuo de raza amarilla se iba acercando, su sonrisa se iba haciendo más y más grande. Cuando llegó hasta nosotras, saludó con la cabeza, como hacen los chinos normalmente y, en un lenguaje medio chino, medio español –bueno, más chino que español- nos dijo que el también practicaba Taichí pero que su estilo era el Chen (la forma de 42 movimientos en concreto). Ni corto ni perezoso, el tío se nos pone a hacer una pequeña demostración que nos deja perplejas -en ese momento, ambas nos acordamos de Sam y de aquella “extraña forma de 5 secciones de manos vacía” con la que nos obsequió al final del seminario de los 37 movimientos- y, acto seguido, clava su mirada en Maribel con una sonrisa todavía más grande que la que traía al principio. Le dice, medio en chino, medio en español, que “en China ha visto a muchos maestros, a mucha gente practicar la forma de 24 Yang, pero que jamás había observado a nadie ejecutarla con tanta brillantez y feeling como a ella. Que, en su país natal, la gente necesitaba practicarla con música para adquirir un ritmo y una continuidad, para conseguir un mayor sentimiento en las secuencias; pero que, sin duda, ella no necesitaba nada de eso, no tenía que ponerle música a sus movimientos porque ella misma era la música. Llevaba el taichí en su interior y eso, amigos míos, es muy difícil “.
Nos preguntó si entrenábamos aquí todos los sábados sobre esta hora y, con una cierta mirada pícara, le pidió permiso a Maribel para poder practicar la forma junto a nosotros. “Quería aprender directamente de nuestra hermanita mayor porque era la mejor forma de 24 yang que había visto hasta entonces”. Maestro, hermanitos, os podéis imaginar lo orgullosa que me sentí de nuestra hermana en ese momento.
Como aquella mañana la cosa iba, indudablemente, de “duelo de titanes”, nos inclinamos por poner el broche final con la Chen de 5 secciones –¡toma ya!, el tío chino, super-controlando Chen y nosotras más chulas que un ocho-. Bueno y ahora os preguntareis: ¿y qué dijo él? Pues…¡volvió a flipar!, le gustó un montón –sobre todo Maribel, claro-. Felicitó nuevamente a nuestra Hermanita Mayor e insistió en la idea de venir a entrenar con nosotros todos los sábados. Era periodista y había venido a trabajar por cinco años a un periódico chino cuya redacción estaba cerca del Polideportivo. Por lo visto, el hombre estuvo enfermo del corazón y su médico le había aconsejado que practicase taichí todos los días como terapia. Asintió con la cabeza, como saludan los chinos normalmente, y nos regaló otra de sus amables sonrisas mientras se despedía, mientras prometía reencontrarse con nosotras al sábado siguiente.



CAPITULO SEGUNDO: “el monje de Shaolin”

Y pasó la semana con su lunes, su martes, su miércoles……y nosotras haciendo porras, admitiendo apuestas de todo tipo: vendrá, no vendrá…. Servidora sabía que, a diferencia de los occidentales, los asiáticos no se comprometen a la ligera, sino que son de palabra; es decir, si van a venir, lo dicen y si no, pues se ahorran las molestias. Las medias tintas no existen para ellos.
Llego el sábado y allí estábamos los tres, “que si crin para arriba, que si el hui-yi –¿eih?- para abajo, que si coge la bola más amplia, ¡jobar con el pubú del revés!” cuando, de repente, allí estaba él, contemplándonos, declarándose fans incondicional de Maribel y de su taichí español; sacando fotos de forma compulsiva –al estilo de sus primos, los japoneses- con esa sonrisa permanentemente esbozada en su rostro.
Como ya existía una cierta confianza, habíamos estrechado incluso las manos e intercambiado números de teléfono y tarjetas, nos atrevimos a intimidar, un poquito más, preguntándole su nombre y pidiéndole permiso para sacarle algunas fotografías con el móvil. Se llamaba Marcos en español, en chino todavía no os lo puedo decir porque es muy difícil. Maribel le animó a que se uniese a nosotros, pero éste estaba todavía pachucho de una rodilla que tenía intención de operarse en Beging (única y exclusivamente para poder volver a entrenar taichí).
Esta semana, Marcos va a publicar un artículo sobre la escuela en su periódico; lo que no sabemos es lo que pondrá porque, naturalmente, estará en chino –a juzgar por el entusiasmo que muestra hacia nuestra hermana, seguro que pondrá cosas muyyyy buenas-. Nos ha prometido traer algunos ejemplares el sábado que viene así que, Maestro, hermanitos, ya nos encargaremos de distribuirlos rápidamente entre vosotros para que podáis echarles una ojeada.
De momento, como primicia os puedo asegurar que la pasión de Marcos por nuestra hermanita y su taichí ha despertado cierta rivalidad, e incluso celos, en José, el cual ha decidido convertirse en monje de Shaoling. Y después de haber recibido sus primeras clases particulares de Kung Fu con los propios monjes (a quienes pudimos ver el otro día en Teatro Gran Vía) ha comenzado a practicar sus ejercicios en el mismísimo metro. Como podréis comprobar en la foto, nada tiene que envidiar a los propios monjes, pues a pesar del bullicio y del continuo trasiego de la gente, José consigue que su chikung camisa de hierro le abstraiga de tal forma que le hace incluso levitar.



************CONTINUARÁ**************







jueves, 12 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 31 de 41. Menuda cena

Otro día soleado en San Miguel. Después de disfrutar del merecido desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas para continuar con la forma larga, que ya se está haciendo larga, larga.

El día transcurre tranquilo entre movimiento y movimiento, incluyendo la tradicional subida de escaleras a medio día y terminamos en las siete estrellas. Ya nos quedamos a nada de terminar la forma (no me lo puedo creer). Después de la clase decidimos ir a cenar comida española. El único restaurante español que conocíamos era uno que también servían comida mexicana, china y japonesa, así que no estaba demasiado convenido pero pensaba darle una oportunidad. Afortunadamente Tony nos contó que él había estado en una Taberna española que tenía muy buena comida. Cuando llegamos allí, resulta que era una taberna Vasca especializada en pintxos… todavía se me saltan las lágrimas al recordarlo. La dueña y cocinera se llamaba Josune (evidentemente con denominación de origen) y estuve un rato charlando con ella antes de empezar la cena. Para beber, un verdejo que me supo a gloria (dos botellas) y para comer… ¡Vete sacando pintxos hasta que digamos basta! Tortilla de patata, pimientos del piquillo rellenos de bacalao, jamón como Dios manda y no esa guarrería cocida, anchoas con alcaparras, solomillo con manchego, chistorra, champiñones al ajillo, espárragos de Navarra con vinagreta… Una sinfonía de sabor al paladar que hizo las delicias de todos los presentes.

Me quedé con las ganas de croquetas pero Josune me contó que no tienen mucha salida en México y que se acaban echando a perder. Al despedirnos, me preguntó si volveríamos antes de regresar a casa y le dije que por supuesto, pero si nos hacía croquetas ¿De que las quieres, de bacalao, de jamón,…? Lo que nos prepares será perfecto. Así que tenemos una cita, gastronómica, por supuesto.



miércoles, 11 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 30 de 41. Sorpresas en la casa

Amanece soleado de nuevo en San Miguel. Después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas para continuar durante toda la mañana con la forma de 108. No avanzamos mucho, pero lo detallamos profundamente. Después de una dura sesión de intenso trabajo, volvemos a casa para comer, esperando no tener nuevas sorpresas, y así parece de primeras, la comida está en la mesa, la casa recogida, así que después de comer y descansar, mientras que nos preparamos para salir, veo algo por el rabillo del ojo moviéndose por el salón. En un principio pensaba que era una hoja desplazándose con la corriente de aire, pero al mirarlo fijamente, ¡era un escorpión! Paloma, la próxima vez que te pongas a hacer aspavientos por ver una cucaracha en casa, recuerda que podría ser peor. Después de unas cuantas fotos, comentarios sobre como el ala canadiense de la casa anda con los pies desnudos y consejos sobre revisar los zapatos cada mañana antes de calzarnos, armado con mi sable, hice mi mejor tajo para cobrarme la presa.

Bajamos a las terrazas para la sesión de la tarde en la que continuamos nuestro camino a través de la tercera sección. Al terminar me fui al pueblo para un buen corte de pelo y un afeitado. Cambio de aspecto total ya que hacía años que no me quitaba la barba… bueno, no del todo, me he dejado una pequeña perilla para hacer juego con mi espada. Al llegar a casa (subiendo las escaleras por segunda vez en el día, por supuesto), cena, charla, algo de tele y a redactar el blog, que hay que acostarse.

martes, 10 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 29 de 41. Empezamos la antepenúltima sesión

Otra no solamente luminosa mañana en San Miguel, sino también especialmente calurosa. Hoy, después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas si nuestras sudaderas, ya en manga corta preparados para la acción. Empezamos calentando como ya acostumbramos Ed y yo dando caña con las espadas, en ritmo cada vez más fuerte, tanto que un grupo de lugareños se quedó un rato mirándonos tratando de averiguar si estábamos jugando o estábamos tratando de resolver alguna afrenta a la vieja usanza.

Ya no sólo calientes, sino con algunos arañazos frutos del entusiasmo, empezamos en grupo a repasar la forma mientras que llegaba Sam. El día ha sido largo y estamos ya casi al final de la segunda sección (sólo nos faltan dos movimientos). En medio, subida de las escaleras para la comida con la sorpresa, ya empieza a ser cada vez menos sorpresa por lo habitual, de que María vino sólo un momento por la mañana y nos dejó comida pero no cena, así que cena de sobras, que como sólo sabe cocinar para 12, no nos faltan, charla, un poco de tele y a la cama, que la semana es larga y el cansancio se acumula.
Habreis notado que últimamente estoy haciendo las entradas del blog más cortas. Esto es por dos razones: la primera es que como ahora nos dedicamos sólo a la forma, no tengo muchas cosas que contar, la segunda es que cada día llego más cansado y con menos fuerzas para escribir, pero saber que tengo lectores fieles me anima a hacer el esfuerzo.

viernes, 6 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 27 de 41. Menos mal que los 108 son sólo 37

Otra mañana luminosa y caldeada en San Miguel. Después del desayuno de los campeones, y trabajar el el blog del día anterior (como estoy haciendo hoy) con la taza de café al lado, bajamos a las terrazas y como es habitual utilizo la espada para hacer el calentamiento. Un poco de trabajo libre intercalando las diferentes guardias y ataques y un poco de forma con Truda y Simon. Hoy dedicamos todo el día a la forma de 108. El nivel de detalle con el que trabajamos es impresionante, sobre todo porque no está dedicado a nivel coreográfico sino a los principios que sustentan la postura y generan el movimiento. Un trabajo muy interesante pero en ocasiones frustrante.

El regalo que nos hizo Sam fue unas carpetas hechas a mano personalizadas con los ansiados manuales y hojas de referencia. El material en si mismo tiene un valor incalculable, Sam ha dedicado a estos manuales más del doble de tiempo de lo que está empleando aquí en las clases. Además las carpetas están geniales y nos las firmó a todos.

jueves, 5 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 26 de 41. Empezamos con los 108

Otra soleada mañana en San Miguel. Después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas y empezamos a calentar con las espadas, jugando con los ejercicios por parejas y buscando nuevas posibilidades para tratar de hacer una banderilla con el compañero (en vez de guindillas aquí utilizamos chiles). Cuando ya llegaron todos empezamos la clase con los sables, repasando la forma individual y la de parejas. Después de asentar conocimientos, empezamos a trabajar como el grupo a realizar la forma a la vez que Sam leía el poema que describe los movimientos del sable. El problema es que el poema tiene trece versos, así que hay que hacerlo a gran velocidad, pero al final salió genial y a un ritmo que parecía que estábamos en mitad de un combate. Tenemos que grabarnos los “tres amigos” algún día haciéndolo para mandároslo. Terminamos la mañana hablando de las trece energías en el sable y cuales la interacción básica en un combate de sable. Muy interesante, ya tengo ganas de ponerme a dar sablazos en cuando vuelva…

A la tarde (después de la subida y bajada de escaleras) empezamos con la forma de 108. Para mi es el trabajo más frustrante de todo el currículum por la sutileza de los ajustes y los movimientos. Con el resto de lo que hemos hecho hasta ahora, aunque me resultase complicado, siempre lo he disfrutado, sobre todo por estar trabajando en parejas, pero esta es más sobre uno mismo… pero sobreviviré. Después de la clase me volví a quedar con Ed, jugando con las espaditas como dos críos y Sam se quedó un rato con nosotros para darnos algunas variantes de los ejercicios que sabíamos para darle más vida al ejercicio. Un poco de forma de espada para terminar (ya me siento bastante a gusto con la secuencia y las energías) y vuelta a casa, cena, charla y a la cama.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 25 de 41. Vive con un español, muere por la espada

Llevo un poco de tiempo sin escribir. El jueves pasado (día 24 de 41) lo dedicamos a la espada, con más forma y más ejercicios por parejas. El viernes nos fuimos después del entrenamiento de la mañana a unas piscinas naturales con aguas termales a pasar el día, lo que nos vino muy bien para cambiar el chip y relajar el cuerpo. El sábado volvimos a entrenar por la mañana y tarde relajada. El domingo, que ya había vuelto Ed de llevar a su mujer a Ciudad de México al aeropuerto, bajamos a las terrazas donde dedicamos la mañana a trabajo de parejas, especialmente espada con 5 secciones (ya lo echaba de menos) y ejercicios cada vez más ágiles, más energéticos y más rápidos.

El lunes no tuvimos clase, esta semana hemos desplazado los cuatro días un día, así que volvimos a ir a las piscinas de agua caliente a primera hora para entrenar. Después casi un par de horas de trabajo, desayunamos por segunda vez (chilaquiles). Luego nos dimos un baño y para hacer redondo el día un masaje relajante. Comimos, charlamos, vuelta al pueblo, cervezas en un bar llamado olé olé, lleno de cosas taurinas por todas las paredes. Ya agotados por un día largo, nos fuimos a la casa donde los tres nos quedamos dormidos viendo una película.

Ya vuelta al día de hoy, desayuno de los campeones, bajada al parque y entrenamiento con la espada toda la mañana. Terminamos con la forma muy avanzada. Subida de las escaleras (si, por supuesto no hemos dejado de hacerlo en este tiempo), comida, descanso y vuelta a la faena. Mientras que llegaba todo el mundo, Ed y yo volvimos a jugar con las espadas, cada vez más rápido, con más libertad en los pies. Cuando llegó Sam, Ed dijo, si vives con un español, tienes que vivir por la espada a lo que Sam contestó, si vives con un español, morirás por la espada…

La tarde continuó con la forma hasta que por fin la terminamos. Sin duda es una obra de arte, con todas las variantes estilísticas en función de la intención con la que se quiera realizar. Después del entrenamiento me quedé un poco para hacer la forma completa unas cuantas veces para asentar conocimientos, subida de las escaleras, cena, charla y peli y a la cama, que mañana toca repasar sable y espada.

Por cierto, hoy Sam nos ha hecho un regalo muy especial a todos. Mañana quizá hable un poco de el.

domingo, 1 de marzo de 2009

Tai chi en el Mirador del Rio Dulce





Como podéis ver también somos capaces de practicar 4 manos en escalera, aunque nuestras escaleras son un poco mas cortas, pero son unas ”recias escaleras castellanas” y en unas condiciones muy adversas, haciendo un frío de carajo, y con unos buitres volando que parecían muy interesados en lo que estábamos haciendo.
Yo estoy convencida que si Maribel se lo propone hacemos Taichi en la copa de un pino.