viernes, 6 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 16 de 41. Un nuevo ciclo se cierra.

Ya sé que tengo un público muy exigente, pero el día ha sido largo y nos vamos a sentar después de una copiosa cena, la mejor hasta el momento, a ver una película para relajar las cabezas, así que mi comentario será breve. Todo empezó una soleada pero fresca mañana. Después de un desayuno tradicional, que para los despistados del norte consistía en una tostada de beicon y otra de mermelada, junto con café, zumo y una pieza de fruta, bajamos la montaña para la instrucción.

Empezamos la sesión con ejercicios por parejas jugando con las energías del sable, pero para mayor diversión, tenemos permiso para combinar técnicas y golpear con cierta contundencia a modo de corte o estoque. Los golpes van y vienen pero nos lo pasamos genial, porque si no hemos venido aquí a arrearnos, ¿a que hemos venido? Ya calientes después de las “hondonadas de hostias” (haciendo referencia a la película Airbag), pasamos a un trabajo más prudente con la forma de sable, y así terminamos la mañana con el cierre y la sensación del trabajo bien hecho.

Escaleras arriba a la carrera en parte, llegamos a casa para la comida y el descanso. El cuerpo está cerca de su límite. Como hace bueno, la siesta la paso en el jardín al solecito tratando de quitarme las marcas de moreno de la construcción que se me están quedando de estar todo el día entrenando en la calle. Volvemos a bajar, no con demasiadas ganas porque ya faltan energías pero con la ilusión de que mañana podremos descansar. Nueva sesión de pasos para el tuishou, esta vez centrados en el paso cubierto, también conocido como 3-2. Mucho más difícil de dominar que el paso seguido o 3-3, pero al final van saliendo las técnicas. Tengo al oportunidad además de trabajar con Sam en particular y aunque al principio tenía ciertas dificultades, no pierde la paciencia y consigue llevarme a cumplir los objetivos del ejercicio y un poco más allá. Después del entreno nos vamos todos a casa de Sam donde Betty, la mujer de Erik, uno de los compañeros de aventuras de D.F., nos tiene preparada una cena a base de antojitos… toda una experiencia gastronómica acompañada de postre con un pastel de maíz y queso con motivo del cumpleaños de Sam que será este sábado, que rivaliza con nuestras tartas de queso. Después de una tarde muy entretenida, convencemos a Betty para que otro día nos de unas clases de cocina mexicana, ya después del descanso que tendremos la semana que viene.

Volvemos a casa a través del parque, que sigue con todas las plantas ornamentales a la venta con motivo de la candelaria y volvemos a subir las escaleras. En casa decidimos ver una película para relajarnos, pero el cansancio hace mella y me quedo dormido al final. A duras penas consigo despertarme y encontrar fuerzas para escribir estas líneas. Me voy a la cama que aunque mañana no haya clase, como buenos artistas marciales, hemos quedado mañana para entrenar.

P.D. Hoy no hay fotos, que no tengo fuerzas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No me extraña que estes cansado. El entrenamiento es duro e intenso. ¡Qué suerte que Sam te coja para entrenar!.

Y con tanto entrenamiento ¿a qué hora pensaís dar las clases de cocina méxicana?. Aprende platos que no sean picantes, por fa, y así luego me puedes pasar las recetas.

Descansa este fin de semana y felicita a Sam de mi parte.

Santiajo dijo...

muchacho, a descansar mas... Un dia tienes que pasartele entero tirado a la bartola.

En cuanto a la referencia a AIRBAG, decirte que, MUY BUENA, POR CIERTO (¿¿has visto el video de Ramon de Pitis??),una de mis pelis favoritas.

Animo con todooo!! Y aprende receticas!!

Anónimo dijo...

Es de agradecer que estando tan cansado saques tiempo para contarnos tus experiencias. No se como te quedan fuerzas para subir esas escaleras corriendo.
¡Felicidades para Sam!
Buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Que descanses durante el fin de semana! Claro, todos los días entrenarse cansa !

Felicidades par Sam de mi parte !

un abrazo,
Stephan