jueves, 29 de enero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 10 de 41. Baja el maldito hombro o mi posición clunk es mi santuario.

Amanece otro día soleado en San Miguel. Al mirar por la ventana no puedo evitar pensar en el frío que están pasando en España. Con una sonrisa en los labios me adecento y voy a por el desayuno de los campeones. Cargados con nuestros sables bajamos al parque con muchas ganas pero con algo de preocupación por mi muñeca. Por la noche puse el vendaje un poco apretado de más de manera que al rato de estar dormido me desperté con la mano dormida y dolorida por lo que tuve que quitármelo y no pudo hacer su función. Empezamos la sesión de la mañana con el estudio de principios básicos sobre el movimiento de la cadera y la cintura de manera que esta soporte la energía en los diferentes tipos de pasos, jinete, medio jinete y los distintos arcos en función de la anchura y longitud. Afortunadamente gran parte de este trabajo me resulta familiar aunque por supuesto Sam es capaz de darle una nueva dimensión. Después de un trabajo profundo, cogemos nuestros sables y empezamos a trabajar los tajos básicos desde todas las direcciones, empezando por el corte descendente vertical, diagonal descendente desde ambos lados con la misma guardia, horizontales desde ambos lados, diagonales ascendentes y vertical ascendente. Cuando parece que van saliendo las cosas introducimos el típico pase por la espalda del sable para transformarlo en un tajo finalmente los cortes seguidos describiendo un ocho pasando por los dos lados del cuerpo. Como no puede ser de otra manera, además empezamos a introducir movimientos de piernas de manera que estos soporten las técnicas y acabamos haciendo movimiento libre por toda la cancha. Una experiencia extremadamente divertida que sólo se queda enturbiada porque la muñeca me da algunos problemas a pesar de tenerla bien sujeta con un vendaje funcional todo lo profesional que me pude hacer. Aunque acabé con algunas molestias me consuela pensar que si no llega a ser por las vendas quizá no hubiese podido seguir el entrenamiento. Y para terminar la sesión de la mañana, empezamos con la forma de parejas de sable. Apenas un par de movimientos en cada lado, pero lo justo para empezar a saborearla.

Subimos las escaleras para ir a comer y cuando llegamos nos encontramos con que María tampoco ha venido hoy porque parece ser que está en el hospital (espero que no sea por el estrés que le causamos) pero afortunadamente ha venido su hermana pequeña para hacer las tareas de la casa, pero no la comida. Menos mal que Jane, consciente de todo, nos salvó preparándonos una comida deliciosa. Pero las desgracias nunca vienen solas y también habíamos perdido la conexión a internet ¿Qué íbamos a hacer ahora desconectados del mundo?

Bajamos a la sesión de la tarde para una nueva sesión de empuje de manos y trabajamos en primer lugar como provocar el paso en el compañero practicando 4 manos. Aparentemente sencillo cuando se trata de que el compañero avance, pero no tanto cuando se quiere que el compañero retroceda. Al rato, cambiamos de tercio y volvemos a los 8 ejercicios preparatorios de empuje de manos, esta vez para centrarnos en los números 7 y 8. Sam nos presenta el primero de los dos y tengo la suerte de ser la persona que le ayuda para hacerlo. Aparentemente es muy sencillo cuando él lo hace pero como no, cuando me toca a mi recibir entro en mi infierno particular (realmente compartido por todos los compañeros) de recibir la energía que me envía de manera correcta y ser capaz de neutralizarla dejándome en la posición adecuada para realizar mi técnica… por supuesto esto nunca pasa a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera… menos mal que he visto pasar por esto a todos mis compañeros, incluso a los más experimentados. Sam no deja de dar instrucciones que deberían ser de sobra conocidas. Relaja el hombro, deja caer el codo, no te salgas de la cadera,… Al final algo va saliendo y según lo vamos practicando y cambiando de compañeros parece que la cosa mejora, pero todavía queda lejos dominarla. El ejercicio número 8 resulta más sencillo aunque está basado en parte en el número 7. Me imagino que será por el rato que estuvimos practicando el anterior. Terminamos la tarde agotados y con nuestras cabezas pidiendo irse de vacaciones por la cantidad de información asimilada y porque se sienten ignoradas por nuestros cuerpos que les cuesta hacer lo que les piden. Subimos la cuesta de nuevo y como seguimos sin internet soy el elegido por votación popular para llamar al servicio técnico (será porque hablo español…). Parece que no tendremos conexión hasta mañana, así que cenamos, escribo el blog para tenerlo preparado para cuando podamos volver a la civilización y pasamos el resto de la tarde noche en el sofá, cogiendo fuerzas para mañana y viendo una película.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta tarde nos ponemos a practicar el 7 y 8 ese del empuje de manos que con tus explicaciones creo que podemos pillarlos ¿no?

Anónimo dijo...

Yo creo que debemos ser prudentes... pero si nuestra hermana mayor se lo propone pillamos lo que sea ¿O no?.
Maestro me parece que estás aprendiendo muchas cosas nuevas, tendremos que ponernos las pilas.
¡Cuidate esa muñeca!