
Después de la subida de las escaleras y una comida muy copiosa y un descanso merecido, volvemos a bajar a las terrazas donde nos encontramos a algunos de los compañeros en nuestras mismas condiciones de agotamiento, tratando de arañar os últimos momentos para el descanso. Cuando llega Sam, avanzamos más en la forma durante toda la tarde, teniendo momentos de más inspiración que en la mañana, pero con algunas dificultades momentáneas con algunas de las técnicas y es que cada vez nos volvemos más exigentes con nosotros mismos. Durante la clase una chiquilla anda deambulando, mirando como entrenamos, jugando con la perra de Karin hasta que la sorprenden con la mano dentro de la mochila de uno de los compañeros ¡hay que tener valor para tratar de robar a un grupo armado con espadas a plena luz del día!
Subida de las escaleras, cena, charla y a la cama, que no nos tenemos en pie y mañana va a ser un día más duro con el aliciente de que se esperan 28 grados con una sensación térmica de 33… va a ser un día de pantalones cortos.