jueves, 26 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 23 de 41. Con la espada seguimos, hasta en sueños

Que larga se ha hecho hoy la noche. La he pasado entera haciendo ejercicios con la espada, así que no he descansado nada. A Ed le parece muy divertido ya que la noche anterior, el día que estuvo malo no pudo entrenar por la tarde, se la había pasado haciendo Parcour. Después del desayuno de los campeones en el que he derramado la mermelada por mi ropa y el suelo por la falta de coordinación y el cansancio, bajamos las escaleras esta vez al modo tradicional para dedicar toda la mañana a la forma de espada. Un par de movimientos se me han atravesado pero al final las sensaciones han sido por lo menos decentes. El calor hace también mella y las sombras según va pasando la mañana se hacen más escasas y como siempre pasa en el mercado bajo esas condiciones, también están mucho más cotizadas.

Después de la subida de las escaleras y una comida muy copiosa y un descanso merecido, volvemos a bajar a las terrazas donde nos encontramos a algunos de los compañeros en nuestras mismas condiciones de agotamiento, tratando de arañar os últimos momentos para el descanso. Cuando llega Sam, avanzamos más en la forma durante toda la tarde, teniendo momentos de más inspiración que en la mañana, pero con algunas dificultades momentáneas con algunas de las técnicas y es que cada vez nos volvemos más exigentes con nosotros mismos. Durante la clase una chiquilla anda deambulando, mirando como entrenamos, jugando con la perra de Karin hasta que la sorprenden con la mano dentro de la mochila de uno de los compañeros ¡hay que tener valor para tratar de robar a un grupo armado con espadas a plena luz del día!

Subida de las escaleras, cena, charla y a la cama, que no nos tenemos en pie y mañana va a ser un día más duro con el aliciente de que se esperan 28 grados con una sensación térmica de 33… va a ser un día de pantalones cortos.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 22 de 41. Y llegó la forma de espada.

Hoy nos hemos levantado especialmente cansados. Se ve que la semana de descanso no fue suficiente, sobre todo si te pasas en tiempo entrenando y viajando. Después del desayuno de los campeones, esta vez más frugal por no tener existencias en casa, bajamos las escaleras con la variante de hacerlo practicando 4 manos (creo que lo nuestro raya lo enfermizo). Llegamos al parque y la sorpresa es que empezamos con la forma de espada ¡Ya había ganas! Dedicamos toda la mañana a ese objetivo viendo que en la forma había más chicha de la que me imaginaba. Las energías quedan muy claras en los movimientos y vemos que el trabajo previo en los ejercicios en parejas van dando sus frutos al aplicar los movimientos. Movimientos nuevos, correcciones y más movimientos y así llegamos al final de la sesión.

Subida de las escaleras a paso ligero (no suficiente para considerarlo corriendo, pero manteniendo el ritmo hasta el final). Comida, descanso y bajada de escaleras corriendo, que así es más fácil. Ed no se nos une esta tarde porque no se encuentra bien, mezcla del agotamiento y un resfriado que lleva arrastrando estos últimos días.

La tarde es abrumadora por el contenido y la intensidad del trabajo. Continuamos viendo las 13 energías de la espada con más ejercicios en parejas, abriendo la puerta a la esgrima del taichí completamente libre. Ya sólo falta introducir libertad en las piernas. Después de la felicitación del maestro hacia mi persona porque parece ser que los españoles llevamos el acero en nuestras venas, bajo al pueblo a comprar algo de cena y vuelvo a casa, exhausto, hambriento y con ganas de echarme a la cama. Hoy ha sido un día muy intenso y revelador y no puedo esperar a empezar a trabajar con este material en casa. En cinco años tengo la intención de ser la persona de referencia en espada en España ya que como reza el escudo de armas de la escuela… mariconadas, las justas.

martes, 24 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 21 de 41. Empezamos con la segunda parte.

Regresamos de nuevo al trabajo después de una dura semana de descanso. Me tomaré la licencia de escribir unas líneas sobre a lo que he dedicado este tiempo. La primera parte de la semana estuve en San Miguel, entrenando por las mañanas, trabajando y estudiando por las tardes. La segunda parte, desde el miércoles hasta el domingo me fui de viaje a Xalapa con la mochila al hombro. Xalapa es la capital del estado de Veracruz. Para llegar allí desde donde estoy me llevó un día de viaje, dos autobuses, pasando por Ciudad de México donde tuve que cambiar de terminal de autobuses. En el autobús conocí a una familia mexicana con la que uno de los días salí a cenar y a conocer la cultura. Los otros días me los pasé caminando por la ciudad, conociendo los rincones pintorescos y sobre todo, comiendo porque ya me habían dicho que posiblemente la mejor comida de México la encontraría en Veracruz y no andaban desencaminados. El viaje además de ser una gran experiencia cultural, ha sido toda una sinfonía de sabores para el paladar. Regresando a la realidad el domingo después de 11 horas de viaje, volvemos al entorno de los artistas marciales comprometidos con la causa y ya me centro en el trabajo de hoy.

Amaneció de nuevo soleado en San Miguel y después del desayuno de los campeones, que ahora es de categoría de alevines porque en Xalapa desayunaba la cantidad de una comida completa cada vez, bajamos al parque con nuestras armas al hombro. Después de un poco de charla contando cada uno sus experiencias, empezamos la clase con las espadas. Hoy dedicamos todo el día a ejercicios en parejas trabajando a diferentes alturas y con diferentes técnicas (cortes y estoques) eligiendo en cada zona los puntos más vulnerables y como alcanzarlos mejor a la vez que, por supuesto, aprendíamos las defensas adecuadas mediante posiciones estructurales que nos facilitaban las diferentes guardias. Nuevos patrones con nuevas variantes y cada vez me enamoro más del trabajo de la espada. Simon y yo somos los únicos trabajando con espadas de madera mientras que los demás lo hacen con las de metal, pero alguna ventaja tenía que dar el “Team Europe” a los del nuevo continente para que la práctica sea justa. En la foto se ve la espada de Simon después del trabajo de la mañana. Paramos para comer y subimos corriendo (parcialmente) las escaleras para encontrarnos que María ha vuelto a faltar así que no tenemos comida y tenemos que alimentarnos con sobras, lo que no es muy difícil porque la nevera está llena de ellas. Vuelta a bajar, esta vez a las terrazas y continuamos con las espadas con nuevas energías y con cambios para las diferentes alturas haciendo el ejercicio cada vez más libre y más refinado en la escucha… y sigo enamorándome cada vez más ¡Cómo me gustaría tener un grupo interesado en esgrima de contacto en casa con el que ir avanzando cada vez más en este material (ya está echado el anzuelo).

Después de la clase, dado que no tenemos cena esperándonos ni comida con la que preparárnosla, nos fuimos a cenar al centro. Creía que nada podría superar a la gastronomía de Xalapa pero he de reconocer que lo que cené por lo menos lo igualaba. No recuerdo el nombre pero os dejo una foto… he de decir que pude con todo, eso sí, yendo despacito.

sábado, 21 de febrero de 2009

EspaÑa pais de pandereta, ¡pero que bonico es!

El otro día me pasó algo peculiar en la uni. Mira que este es mi octavo año en este mundo, y pensé que ya había visto de todo, profesores que se dejan copiar, otros que alargan casi media hora su clase, otros que la acortan, otros que suspenden sistemáticamente y algunos que aprueban a todos por que si... pero no, me paso algo extraño.

¿Habéis oído la ley de los 5 minutos?

Parece ser que no en todas las universidades españolas se estila, pero en general, la idea es que si el profe llega 5 minutos tarde (a veces, las más de hecho, se dejan 10 minutillos), los alumnos se levantan como alma que lleva el diablo y nos vamos a jugar al mus y a tomar un tercio a la cafetería.

Y es que así semos en mates almenos, la responsabilidad brilla por su ausencia (y yo que pensaba que eso estaría lleno de cerebritos...), lo dicho, España, país de pandereta (me gusta exagerar, se que no es pa' tanto).

Toooootal, que estaba en clase, pasan 5 minutos, 7, llegan los 9.... el profesor no aparece y ya estoy metiendo cosas en la mochila a ver si los ingleses deciden irse conmigo al pub... ya lleva 12 minutos sin llegar y por fin veo que un inglés se levanta, perooo sin mochila ni nada. No, malos pensamientos se cruzan en mi cabeza... y así es... HA IDO A BUSCAR AL PROFE, así que empezamos la clase un poco más de 15 minutos tarde.

¡¡Como echo de menos mi facul!! Pero que demonios, ahí nunca habría sacado estas notazas.

Ale, a trabajar duro y levantar el país, pero tranquis, que luego los universitarios de hoy en día daremos el callo como corresponde.

martes, 17 de febrero de 2009

Fijate que te se echa de menos!


Han sido 20 dias bitacoreros y ahora, sin tener algo que leer por las manianas (o mediodias o tardes, que uno a veces nunca sabe cuando se va a conectar), pues que me acuerdo de ti y pienso: "que estara haciendo el tio este?"

Ciertamente sabemos que estas pillado y seguro que sigues entrenando, aunque te vayas de escursion, aunque estes comiendo, o mientras esperas en la cola del super. Pero bueno, haces bien, que tienes que mostrarnos que el taichi esta en todos lados (yo sigo trabajando la cadera, los pasos y la cintura todos los dias, a nada que este depie parado, me sale solo), y no hace falta tener al grupillo para seguir practicando (ojala me aplicase el cuento).

Bueno, que supongo que todo te ira mu bien, por aqui las cosas genial, a ver si empollo un rato, que en 3 horitas y media he quedado para la Guiness de los martes.

Ale, un fuerte saludo a todos y, como diria la hermanita mayor: Mariconadas las justas!

viernes, 13 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 20 de 41. Llegamos al ecuador

Por fin llegamos al ecuador del curso y sobrevivimos. ¿a que no adivináis como fue el día? Amaneció soleado (pantalones cortos para hoy), desayuno de los campeones, bajada a las terrazas con nuestras armas al hombro y comienzo de la última clase. Empezamos la sesión con un poco de tuishou terapéutico, tratando de estirar las articulaciones del compañero y masajeando zonas de espalda y brazos. Luego pasamos a un masaje de percusión en grupos de tres, un trabajo muy interesante con el punto de mira en la aplicación marcial, tratando de buscar puntos de contacto penetrando con la palmada lo más posible. Variamos en un segundo ejercicio con golpes más directos, tratando el masajeado de recibir las palmadas en la estructura y con una tercera variante en la que íbamos con un puño relajado, buscando el movernos alrededor del compañero, buscando la línea en la que entrar. Aunque así leído parece un trabajo un poco fuerte, la verdad es que resulto bastante agradable al cuerpo. Una vez controlados los puños, los introdujimos dentro de la secuencia de 4 manos, tratando de generar un tirón que metiese al compañero nuestro puño en el estómago… todo un mundo que explorar con Ed en nuestros juegos en la casa. Luego trabajamos un poco la elasticidad, sobre todo de las piernas y ya estiraditos y ablandados a golpes, finalmente retomamos el trabajo en las espadas. Nuevos ejercicios por parejas que nos llevaron hasta la hora de comer (subida de escaleras, almuerzo y descanso) hasta la sesión de la tarde.

Empezamos el último bloque centrándonos en la mano de la espada secreta viendo como puede equilibrar o soportar el movimiento y seguimos con más ejercicios por parejas, introduciendo las energías de estoque, dian, ci y pi. Ya para terminar Sam nos introdujo algunas variantes para hacer la práctica más entretenida, viendo como desenganchar la espada para variar el ataque y para terminar, nos fuimos de cena para celebrar el trabajo bien hecho estas semanas.
La cena estuvo regada con buenos vinos españoles y como la morriña va haciendo efecto me pedí una tortilla de patata. Como tortilla no estaba mala, pero como las nuestras… no hay nada.
Ya en casa picamos algo más mientras vimos una peli y a la cama, que el día fue largo y mañana hay que entrenar más.

Con esto me despido hasta dentro de dos lunes, que mi descanso debe ser completo. Espero que todo os vaya bien en España y nos vemos el 23.

jueves, 12 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 19 de 41. El día sin imágenes

Como no podía ser de otra manera, ha amanecido soleado hoy también y además más caldeado. Hoy parece ser que va a ser un día de pantalones cortos. Después del desayuno de los campeones, armados con nuestras espadas, pues mantenemos la esperanza de volver a utilizarlas, bajamos a las terrazas para la penúltima sesión antes del descanso… pero por supuesto, Sam estaba ahí para quitarnos la ilusión. Aún tenemos mucho que trabajar en el tuishou con los 8 métodos. Trabajamos algo más sobre los cambios y concretamente en como generar un paso en el compañero, haciéndole avanzar o retroceder, generando también un cambio de mano. Después de dedicarle un buen rato y sentir el progreso en nuestra técnica, Sam nos ofrece otra alternativa. Hasta ahora estábamos trabajando con el brazo de la pierna adelantada, pero ¿y si lo hacemos con el brazo de la pierna atrasada? Aparentemente parece que no va a haber mucho cambio, pero la verdad es que las posiciones son mucho más vulnerables y hay que ser más preciso en la técnica. Esto abre un sinfín de posibilidades para el empuje libre, tanto para tratar de mover al compañero, como para defenderse en posiciones más vulnerables. Como dice Sam, con todo este trabajo nos está dando material para estudiar por nuestra cuenta al menos 5 años… y yo creo que bastantes más.

Subimos las escaleras, pera esta vez no corriendo, que las piernas están qué ya no pueden más. Almuerzo de campeones, descanso y volvemos a bajar con las espadas, que la esperanza es lo último que se pierde. Como no podía ser de otra manera, empezamos la sesión de la tarde con más pasos, esta vez para cambiar de 3-3 a 3-2 cambiando de pierna simultáneamente (ayer sólo cambiábamos de lado o de técnica). Más variantes y al final no parece que estemos haciendo un patrón, sino pasos libres. Y para no dejarnos a medias, además haciendo 4 manos en la parte superior y porque no, ya de paso con los cambios. La tarde sigue pasando y vemos que las espadas no llegan. Nuevas variantes de cambios, más pasos y finalmente… “coger vuestras espadas”. ¡Ya veíamos que no llegaba! El cansancio va haciendo mella y algunos compañeros ya estaban remoloneando un poco en el tiempo de práctica pero al llegar el arma, todos nos animamos. Repasamos un poco las energías de ayer y empezamos a trabajar por parejas con el estoque (dian) y la defensa en el lado interior (peng). Aunque el ejercicio lo conozco, nuevas ideas y energías entran en juego, haciéndolo más interesante. Así pasa volando el rato que nos queda de clase.

Volvemos a subir las escaleras, esta vez más despacio porque tenemos invitadas a hacer gasto de sobras. Parece que María sólo saber cocinar para 12 y en sólo tres días tenemos un excedente tal que podemos alimentar a un ejército. La cena y la velada transcurren tranquilas. Mucha charla acompañada de un café y una vez agotada la tarde, y despedidas las invitadas, como somos unos enfermos, nos ponemos a hacer un poco de empuje libre en el salón. El cuerpo está que ya no puede más, pero sacamos fuerzas de flaqueza para seguir arreándonos un rato más. Más charla para descender la energía y recuperar el aliento y cada uno a su cuarto, que ya sólo queda un día más y parece que sobreviviremos después de todo.

P.D. La foto de hoy no tiene del todo sentido, pero es que hoy no he tomado ninguna y no os quería dejar sin imagen (podeis considerarla parte del desayuno de los campeones), espero mañana no cometer el mismo error.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 18 de 41. Y llegó la reina

Nuevo día soleado, más desayunos de campeones, más bajadas de escaleras… La cabeza sólo puede pensar en la semana que viene de descanso.

Empezamos la sesión de hoy con una versión del juego de la posición más fuerte mucho más simple en estructura pero sin embargo infinitamente más avanzado. Se trataba de entrar en la posición del compañero, buscando una postura que llenase el espacio y tomarlo como si hubiese sido nuestro siempre, pero sin tocar. Asentarnos en nuestra posición y llenar los huecos de manera que el antiguo ocupante del espacio, se encontraba incómodo y empujado fuera de manera que debía salir y repetir el proceso. Toda una estrategia marcial basada no en la agresión, sino en tratar al oponente como si realmente no existiera hasta que el mismo da un paso atrás.

La segunda parte de la mañana la dedicamos a profundizar y asentar los 8 métodos básicos de empuje de manos, cogiendo más soltura en cada uno de ellos y en las transiciones para poder hacerlos todos de seguido, con sus variantes.

Subida de las escaleras, esta vez corriendo un tramo más largo, comida, reposo y vuelta a bajar, esta vez con las espadas, ya que Sam nos ha prometido cambiar de tema… pero empieza la tarde y lo primero que nos pide es que dejemos las armas. Todavía queda mucho por hacer con los pasos 3-3 y 3-2 y los cambios entre ellos, así que trabajando los patrones nos llevamos la mayor parte de la tarde. Cuando ya sólo queda un poco más de media hora para terminar, los alumnos revelados fuimos directamente a por las espadas para ver si mediante la “indirecta”, el maestro cambiaba de tema y dejaba los pasos para otro día. No se si porque realmente tocaba o porque la presión surgió efecto, empezamos a ver las energías de la espada. Como hicimos en el sable, nuestro primer contacto se limita a practicar movimientos básicos y a enlazarlos tratando de conseguir soltura. Como primera experiencia, nos centramos en peng (quebrar), pi (partir), dian (punzar), ci (atravesar) y en sus combinaciones.

Después de terminar la clase, en vez de subir las escaleras, marcho al pueblo en busca de un barbero para cortarme el pelo y arreglarme la barba, cumplida la misión, vuelta a casa, cena, charla, ordenador, peli y a la cama. Cada vez me cuesta más tenerme en pie… pero ya no queda nada para el descanso y las mejoras que estamos consiguiendo son enormes. Con esa idea en la mente, cierro los ojos y espero que mañana sea un gran día, pero más relajado.

martes, 10 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 17 de 41. Un bloque para el descanso.

Este fin de semana ha sido relajado en cuanto a entrenamiento. Las piernas estaban cansadas de tanto paso y sesiones de patadas, así que en general nos lo hemos tomado de manera más relajada. Como cosas especiales, este sábado fue el cumpleaños del maestro. Tuvimos una fiesta tranquila, con banda de mariachis, comida alemana-mexicana, hecha por la suegra de Sam y Truda, tarta y regalo de una artesanía bordada típica de aquí por parte de los alumnos. El domingo Ed y yo, ya con la ansiedad de comida japonesa (Ed disfruta del 70% de descuento a partir de las 7 de la tarde en un restaurante japonés cerca de su casa en Vancuver, que yo tuve la suerte de probar en muchas ocasiones mientras que estuve allí), nos fuimos al centro comercial donde el había localizado un restaurante de dicha nacionalidad. Después de unas sopas de miso no realmente especiales, nos dedicamos a los rollitos de sushi y como no podía ser de otra manera, entre los elegidos estaba el sushi mexicano. Como único comentario diremos que utilizamos el wasabi para refrescar el paladar.

El lunes ha amanecido nublado, ataviados con nuestras ropas de entrenamiento y aparejados con nuestras armas, después del tradicional desayuno de los campeones (no podía ser de otra manera) bajamos a las terrazas para el entrenamiento. Empezamos la sesión con un ejercicio muy interesante en el que debíamos colocarnos en una postura y el compañero nos empujaba desde diferentes ángulos para en primer lugar comprobar que la estructura era sólida y en segundo lugar, aprendiésemos a hacer pequeños ajustes para soportar la energía en función del ángulo. Una segunda variante era estar en una postura neutral y a la que nos empujaban, recoger ese empujón, soportarlo y buscar una postura que permitiese devolver la energía en la misma línea que nos la daban. Una vez calentados con esos ejercicios, retomamos los 8 ejercicios preparatorios de empuje de manos, revisando el ya traicionero nº7 y aprendiendo a enlazar el resto para poder jugar con los patrones sin quedarnos en una técnica concreta.

Termina la mañana con la subida de las escaleras, comida, reposo y vuelta a bajar para la sesión de la tarde. Seguimos en el área temática del tuishou, pero nos centramos de nuevo en el paso cubierto o 3-2, tratando de dominarlo para estar preparados para lo que vendrá. Pasa la tarde y ya van saliendo cosillas interesantes, además de ser capaces de movernos por toda la terraza, haciendo cuatro manos con los cambios. Terminamos la sesión y nos quedamos en el pueblo para hacer algunas compras. Subimos, esta vez en taxi por la mezcla de carga y pereza y después de cenar, nos vemos una peli para relajar las mentes. Un poco de trabajo al ordenador y a la cama, que mañana se presentará duro y las fuerzas cada vez escasean más.

viernes, 6 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 16 de 41. Un nuevo ciclo se cierra.

Ya sé que tengo un público muy exigente, pero el día ha sido largo y nos vamos a sentar después de una copiosa cena, la mejor hasta el momento, a ver una película para relajar las cabezas, así que mi comentario será breve. Todo empezó una soleada pero fresca mañana. Después de un desayuno tradicional, que para los despistados del norte consistía en una tostada de beicon y otra de mermelada, junto con café, zumo y una pieza de fruta, bajamos la montaña para la instrucción.

Empezamos la sesión con ejercicios por parejas jugando con las energías del sable, pero para mayor diversión, tenemos permiso para combinar técnicas y golpear con cierta contundencia a modo de corte o estoque. Los golpes van y vienen pero nos lo pasamos genial, porque si no hemos venido aquí a arrearnos, ¿a que hemos venido? Ya calientes después de las “hondonadas de hostias” (haciendo referencia a la película Airbag), pasamos a un trabajo más prudente con la forma de sable, y así terminamos la mañana con el cierre y la sensación del trabajo bien hecho.

Escaleras arriba a la carrera en parte, llegamos a casa para la comida y el descanso. El cuerpo está cerca de su límite. Como hace bueno, la siesta la paso en el jardín al solecito tratando de quitarme las marcas de moreno de la construcción que se me están quedando de estar todo el día entrenando en la calle. Volvemos a bajar, no con demasiadas ganas porque ya faltan energías pero con la ilusión de que mañana podremos descansar. Nueva sesión de pasos para el tuishou, esta vez centrados en el paso cubierto, también conocido como 3-2. Mucho más difícil de dominar que el paso seguido o 3-3, pero al final van saliendo las técnicas. Tengo al oportunidad además de trabajar con Sam en particular y aunque al principio tenía ciertas dificultades, no pierde la paciencia y consigue llevarme a cumplir los objetivos del ejercicio y un poco más allá. Después del entreno nos vamos todos a casa de Sam donde Betty, la mujer de Erik, uno de los compañeros de aventuras de D.F., nos tiene preparada una cena a base de antojitos… toda una experiencia gastronómica acompañada de postre con un pastel de maíz y queso con motivo del cumpleaños de Sam que será este sábado, que rivaliza con nuestras tartas de queso. Después de una tarde muy entretenida, convencemos a Betty para que otro día nos de unas clases de cocina mexicana, ya después del descanso que tendremos la semana que viene.

Volvemos a casa a través del parque, que sigue con todas las plantas ornamentales a la venta con motivo de la candelaria y volvemos a subir las escaleras. En casa decidimos ver una película para relajarnos, pero el cansancio hace mella y me quedo dormido al final. A duras penas consigo despertarme y encontrar fuerzas para escribir estas líneas. Me voy a la cama que aunque mañana no haya clase, como buenos artistas marciales, hemos quedado mañana para entrenar.

P.D. Hoy no hay fotos, que no tengo fuerzas.

jueves, 5 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 15 de 41.


El frío nos acompañaba esta mañana al despertar y ha sido un compañero que nos a acompañado durante toda la mañana. Después del desayuno de los campeones bajamos a la terraza para continuar con nuestro entrenamiento. Aprovechamos para hacer un poco de tuishou, repasar los pasos y pegarnos un poco con las manos emulando las energías de los sables a modo de calentamiento. Cuando Sam llega, empieza la lección. Hoy continuamos con principios básicos y dedicamos casi toda la mañana al análisis del movimiento de la cintura. Esta se puede mover en rotación (evidentemente), pero también en inclinación y traslación. Además la columna se puede comprimir o estirar, y si juntamos todas estas variantes y las combinamos, tenemos multitud de posibilidades, y no digo infinitas porque que Santiago, que ya es casi matemático me puede corregir ya que ayer se quedó con mal sabor de boca por no saber de poesía. Analizamos todo desde la perspectiva anatómica, funcional y marcial con un detalle casi obsesivo pero desde luego vemos claro que ahí es donde reside uno de los secretos del movimiento de Sam, a parte de la cadera, por supuesto.

Ya al final de la mañana nos pusimos un rato con el sable. Nuevos movimientos, nuevos problemas que resolver. La verdad es que para ser una forma previa a la espada, tiene un nivel de profundidad inmenso… no se los que nos encontraremos cuando empecemos con la reina de las armas.

Subimos las escaleras (último tramo a la carrera) junto con Tony, nuestro invitado hoy, que por no ser menos que nosotros, nos sigue el ritmo y llega arriba prácticamente muerto, pero llega. Comida reparadora, descanso más reparador y volvemos a bajar, otra vez con los sables porque todavía queda algo de trabajo que hacer con ellos. Avanzamos un poco más en la forma y repasamos para asentar lo que hemos aprendido hoy. Y como sorpresa, antes de terminar, volvemos al ejercicio nº7 de los preparatorios del 1 al 8. Una vez más Sam no queda contento del todo con cómo va saliendo, pero al menos sale mejor que la última vez.

Volvemos a casa escaleras arriba (con carrera), cena, charla, entrenamiento con el digeridoo, risas, más charla, algo más de sable, por si nos había sabido a poco, blog y a la cama. Hoy siento no extenderme mucho pero no puedo más.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 14 de 41. Caminante no hay camino…

Hoy ha amanecido el día más nublado. Las sábanas se me han pegado un poco porque utilizo la alarma el móvil para despertarme y alguien me llamó a las 5 de la mañana (que es una hora decente en España) y luego me costó volver a dormirme. Después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas armados y por supuesto peligrosos y una vez allí empezamos a practicar mientras que va legando todo el mundo la forma de sable por parejas. Como Truda, mi compañera y yo eramos del mismo lado, me pongo a hacer el lado contrario tratando de recordar lo que he visto en mis compañeros y ¡voilá!, las cosas salen. Después de hacerlo muchas veces, las sensaciones van siendo cada vez mejores y cuando llega Sam le digo ¡Mirá, estoy haciendo el lado contrario!... y me contesta “¿y? ¡son sólo 10 movimientos y los has visto 2000 veces!" Siempre está genial tener un profesor que te anime en los momentos difíciles.

Empezamos la clase con trabajo sobre las diferentes posiciones de piernas, basándonos fundamentalmente en el jinete, medio jinete y diferentes tipos de arco y como todas estas soportan el movimiento de la parte superior del cuerpo, todo con múltiples ejemplos de las cosas que llevamos haciendo todo este tiempo y con especial hincapié en los pasos del tuishou móvil y las aplicaciones prácticas. Así se nos va media mañana hasta el momento de coger nuestros sables y continuar con la forma. Más detalles, más mejoras y más quebraderos de cabeza, pero las sensaciones son cada vez mejores con este arma de un solo filo. El tiempo sigue discurriendo y volvemos a cambiar de tema para centrarnos en la forma de parejas. Trabajamos en el mismo lado que conocemos, pero experimentando con variaciones en las energías y consiguiendo un mayor entendimiento de todas las técnicas.

Subimos las escaleras y esta vez lo hago a un paso más ágil, llegando incluso a correr la última parte… el entrenamiento va dando sus frutos. Comida, descanso y vuelta a la faena. Por la tarde San nos tiene preparado un nuevo nivel dentro del paso seguido de la rutina de 3 – 3. Esta vez consiguiendo que el compañero cambie de dirección y tratando de controlar el centro de la interacción para desgastar al oponente. Cada vez se van complicando las cosas más. Tengo una sesión con Ed excepcional en la que cada uno trata de cambiar al compañero. La adherencia es sumamente profunda y a pesar de la velocidad conseguimos tener los pies siempre debajo de nuestra estructura. El patrón de movimiento ya no es algo fijo. Nos movemos con dos, tres o cuatro pasos, cambiamos la dirección rotando en dirección de las agujas del reloj, o en la contraria. Cada vez tenemos más libertad en nuestros movimientos y es que ya lo dijo Antonio Machado (para que no digan que no me cundieron mis estudios en el colegio).

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Antes de terminar, Sam me pide que le ayude a hacer una demostración de trabajo libre, uniendo todo lo que hemos hecho hasta ahora y me hace volar de un lado a otro durante diez minutos, sumamente intensos en los que consigo estar a la altura de las circunstancias la mayor parte del tiempo. Las sensaciones son maravillosas porque se van viendo los frutos del trabajo que hacemos.

Exhausto y todo sudado por el esfuerzo, nos vamos de compras porque nos estamos quedando sin avituallamiento para el desayuno de los campeones. Volvemos a casa para devorar la cena que nos había dejado María, esta vez en taxi, que yo ya he hecho todo el ejercicio del día y además vamos cargados.

Después de la cena, Simon termina de montar unas tuberías que había comprado hace unos días, con un poco de cera de abeja para hacer unos digeridoos y nos empieza a dar unas clases de cómo tocar el instrumento. Después de un buen rato haciendo sonidos absurdos, empiezan a salir algunas notas y acabamos los tres en la terraza, haciendo sonar los instrumentos con más o menos gracia para celebrar el nuevo punto de conexión entre “los tres amigos”(esto con acento gringo).

Ya muerto por el día agotador, me retiro a mis aposentos a redactar el blog y a la cama, que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar… y a quien madruga, Dios le ayuda… aunque no por mucho madrugar, amanece más temprano… bueno, me voy a la cama que ya no me entero.

martes, 3 de febrero de 2009

Cuaderno de Bitácora. Día 13 de 41. Un, dos, tres y un, dos, tres y…

Hoy el día ha amanecido un poco mejor que ayer de temperatura y con menos viento. Para cuando yo me he levantado, ya éramos tres en la casa. Jane nos ha dejado de madrugada por un par de semanas que va a disfrutar de México con su hija. Así que ¿quién se va a ocupar de los pormenores de la casa en el día a día? ¿Quién va a encargarse de hacer las compras mientras nosotros estamos entrenando? Nuevas lecciones de supervivencia nos esperan para estos días.

Después del desayuno de los campeones, bajamos a las terrazas cargados con nuestros sables. Empezamos la clase con un ejercicio de parejas bastante divertido consistente en imitar la energía del sable con la mano derecha y utilizar la mano izquierda para interceptar el ataque del compañero, así por turnos, vamos intercambiando ataque a la vez que nos defendemos. Cambiamos se técnica y tratamos de interceptar el ataque del compañero con nuestro propio “sable”, atacado a su muñeca. Una vez interceptado, atacamos nosotros y esperamos que el compañero se defienda. Finalmente unimos las dos variantes del ejercicio de manera que al ser atacados nos podemos defender con la mano izquierda para abrir espacio o con la mano derecha, realizando una intercepción y después un ataque. Una vez terminado de calentar y experimentar con distancias, técnicas y pasos, cambiamos de tercio para seguir avanzando en la forma de sable. Un buen empujón, entrando en mucho detalle en cada movimiento y ya estamos aproximadamente en la mitad de la forma. Terminamos la mañana con los últimos movimientos de la forma de parejas de sable ¿ya sabemos un lado completo… ahora sólo queda saberse el otro lado, dominar ambos y jugar con las variaciones.

Subimos las escaleras y para mejorar el entrenamiento hago algún pequeño tramo corriendo. El aliento falta, pero soy capaz de hacerlo. Parece que la forma física va mejorando poco a poco. Después de una comida energética, aunque sin tamales, que se supone que tenía que ser lo típico de hoy por ser la Virgen de la Candelaria, descansamos lo que el tiempo nos permite y volvemos a bajar para la sesión de tuishou de la tarde. Seguimos centrados en los pasos, trabajando sobre el patrón de tres – tres y como impedir el paso del compañero o provocarle un paso extra, acercándonos cada vez más al tuishou libre. Toda la tarde invertida en como crear un ritmo y movernos a través de él, variándolo a nuestro antojo y… un, dos, tres y…un, dos tres y… un, dos y… un, dos tres y… cuatro. La musiquilla del conteo se mete en nuestras cabezas como una canción que no deja de sonar. ¡Qué difícil es en ocasiones estar en nuestras caderas cuando todo se mueve libremente! Menos mal que jugamos bastante a menudo Ed y yo a este juego y ya van sonando las cosas. Pasa la tarde volando y volvemos a subir las escaleras para ganarnos el merecido descanso, pero como uno tiene alma de masoquista, vuelvo a subirme un tramo a paso ligero.

Cena y charla que nos lleva en esta ocasión, no a los deportes más aburridos como en una de nuestras primeras conversaciones sino a los más rústicos. Esta vez tengo mucho en la chistera para aportar con todos los deportes rurales que tenemos en el País Vasco aunque Simon no se queda a la zaga con los que ellos tienen en Escocia. La verdad es que Perulena podía hacer buenos amigos con falda en las tierras altas.

Un poco de trabajo al ordenador, preparar el blog para que no entren las ansias a los lectores asiduos y a la cama, que mañana será otro día.